Esta 7ª sesión de Rolfing ha sido toda una sorpresa para nuestra paciente. ¡No daba crédito a lo que estábamos trabajando!
Espero que disfrutéis con su 7ª sesión:
¡Esta sesión de Rolfing ha sido genial! Tengo la sensación que cada vez que salgo de la consulta la sesión que acabo de recibir es mi preferida, hasta que vuelvo a la semana siguiente y hay una que supera a la anterior.
Esto es justo lo que me ha pasado, ya que en el último post de mi sexta sesión de Rolfing os hablé de lo agradable que fue para mí, pero sin duda esta la supera y se pone en cabeza.
Tengo que deciros que venía de un viaje con la espalda fatal, anotación en mayúsculas que le hice a Marta durante la valoración corporal, tenía la zona superior de la espalda muy cargada. Y precisamente con esta zona es por la que comenzó. El alivio que sentí mientras estiraba mi cuello y escápulas fue muy agradable y no exagero cuando os digo que me fui del centro sin ninguna molestia, me fui verdaderamente nueva.
Ya ella cuando llegué mi advirtió que esta sesión me encantaría, estaba intrigadísima… y no fue para menos. No sé si algunos recordáis cuando os contaba las ganas que tenía que Marta me tratase la mandíbula (puedes ver este post sesión número 4). Notaba una pequeña diferencia entre un lado y el otro y Marta, en su día, me corroboró que tenía una leve desviación hacia el lado derecho.
Cuando terminó con la espalda, fue tratando primero la cabeza y luego todas las partes de la cara. Para mí ha sido el mejor momento desde que comencé las sesiones de Rolfing, de hecho, he estado a punto de quedarme dormida. Apunto hasta que presionó con sus manos los pómulos de dentro hacia afuera, donde si he sentido un poco más de dolor, pero muy leve.
De repente dejo de sentir el contacto de sus manos y lógicamente abro los ojos para ver qué ocurre. Me extrañó al ver que se estaba poniendo unos guantes y entre risas, imagino que al ver mi cara de susto, ¡me dice que vamos a tratar la boca por dentro! ¿Pero cómo puede ser eso? Su respuesta… «En la boca y la nariz también tenemos fascia».
Y así lo hizo, con su dedo fue peinando y presionando la zona más alta y baja que tenemos en la boca, desde un extremo a otro. Esto sí fue un poco molesto y con gran diferencia el lado derecho más que el izquierdo, Marta me dijo que lo había notado más tenso. Tras la boca introdujo su dedo meñique en los orificios de la nariz, primero un lado y luego el otro, si os digo la verdad pensaba que sería algo desagradable o incómodo, pero en absoluto, además va despacio y no hay ninguna sensación extraña, al menos a mi parecer.
La verdad que esta sesión me ha sorprendido mucho, jamás me podría imaginar que fuera a trabajar tantísimas zonas, y ya no hablo solo de mi cuerpo. De verdad que el momento de la cara ha sido muy agradable y sin duda, en esta ocasión, me quedo con eso.
A pocos minutos de irme de la consulta, ya le estaba diciendo a Marta lo que me había gustado esta sesión, de hecho, le dije que me encantaría que volviésemos a tratar la cara. Sorpresa para mí cuando me dijo que las últimas sesiones podríamos volver a trabajarla, ya que es una zona importante en mi caso. Veamos lo que me espera en las próximas sesiones, ya que el método Rolfing no deja de sorprenderme.
¡Nos vemos en la próxima sesión!